"La cicatriz fotográfica", fotografías al colodión húmedo de Gabriel Ramon.
Inauguración viernes 22 de enero a las 19,30 horas.
Entrada libre
Desde el año 2011, el fotógrafo Gabriel Ramon realiza una serie de retratos al colodión húmedo. Inventado en 1851, el negativo al colodión consiste en una emulsión depositada en una placa de vidrio que se ha de impresionar dentro de los minutos consecutivos. Esta técnica será abandonada ya en los años 1880, hasta que en los albores del siglo XXI un reducido número de fotógrafos reanude esta práctica obsoleta. Con un tiempo de exposición de una decena de segundos, unas condiciones de preparación del soporte y de revelado que rozan la hazaña, una emulsión muy fina y frágil, sujeta a las imperfecciones de la materia, el colodión húmedo es una técnica extrema, en las antípodas de la facilidad de la imagen digital. Como un contrapunto ultra-contemporáneo de ésta, los imágenes fantasmagóricas realizadas según esta técnica nos dejan percibir, como en el azogue de un espejo, nuestra imagen post-mortem.
"El retrato es para Gabriel Ramon un espacio de libertad, es un juego: zarandea la pose; acuchilla la carne… Conoce que la imagen emerge de lo amorfo y aspira a volver a este estado. En esta fragilidad reposa la fuerza de sus retratos, porque no sería capaz de petrificar la imagen (a pesar de que el modelo mantuviera detenidamente la pose) ni de renunciar al dinamismo (¿a la vida?) que siempre supo imponer en su trabajo en estudio.
No dejar nunca de ponerse a si mismo en apremios… Convertir la toma de vista en una lucha contra el tiempo multiplicando por mil el tiempo de pose. … Arriesgarse en cada imagen a que el sujeto se pierda entre los pliegues viscosos del colodión… ¿Podría la maestría volverse, al cabo de tantos años, enemiga de la creación? Al parecer fue lo que pensó Gabriel Ramon, después de cumplir los sesenta años, cuando decidió poner en peligro, con cada placa, su práctica cotidiana del retrato.
¿Puede hablarse de cicatrices fotográficas? La palabra es ambigua, pues nos remite tanto al referente (una herida en un cuerpo que va a ser fotografiado), como al cliché mismo: en este caso la "cicatriz" está infligida metafóricamente al negativo, por cualquier ruptura en la regularidad de la capa emulsiva. ¿Defecto del cuerpo o defecto de la imagen? En ambos casos, la "cicatriz" choca contra la representación que tenemos de un cuerpo liso y perfecto, o bien de una imagen exenta de errata. Sin embargo, hoy en día nuestras cámaras digitales abominan del desenfocado, de la imagen movida, de las pupilas rojas y de los desencuadres, obstáculos todos ellos a lo que las multinacionales que las fabrican llaman una "buena" fotografía.
Así, frente a la obsesión por la belleza del imaginario popular y la búsqueda de la perfección técnica de la imagen fotográfica, estas imágenes inquietantes y cuidadosamente imperfectas que constituyen el trabajo fotográfico reciente de Gabriel Ramon se nos antojan, más allá de su manierismo provocador, un buen ejemplo de la vía extrema por la que camina la fotografía contemporánea. El excelente retratista español, quien desde treinta años nos tiene acostumbrados a unas fotografías donde siempre está buscando la parte de belleza y la parte de humanidad que cada uno lleva en sí, cualquiera sea su edad y condición, se auto-impuso, con estos retratos al colodión húmedo que comenzó a realizar al principio del año 2011, un acotamiento que hace peligrar la destreza conseguida con miles de sesiones de pose en estudio, desde que en el año 1981 se instalara en Mallorca. Con tiempos de exposición de una decena de segundos, unas condiciones de preparación del soporte y de revelado que rozan la hazaña, una emulsión muy fina y frágil, sujeta a las imperfecciones de la textura, y sobre todo una modificación del espectro que aclara los colores fríos y oscurece los rojos, el colodión húmedo es una técnica extrema, en las antípodas de la facilidad de la imagen digital. Tiende a envejecer la piel, endurecer los rostros y malherir el cuerpo con sus « cicatrices argénticas ». Al final, la imagen al colodión húmedo – cuando se busca no atenuar sus defectos, sino al contrario integrarlos en la construcción de imágenes expresionistas– lo tiene todo para inquietar a todos estos que siguen obsesionados por la belleza y fascinados por la perfección."
Jacques Terraza
universidad de La Sorbone
(En la exposición presente, el esplendido y misterioso espacio de Can Monroig impuso casi necesariamente añadir una serie nueva, también realizada con la técnica del colodión húmedo: construcciones fantasmales, una obsesión de fin de mundo)
Nota de Can Monroig:
A principios de los años noventa Robert y yo vivíamos en la calle San Felio de Palma, nos habíamos conocido en un curso de fotografía publicitaria, a menudo pasábamos por delante del estudio de Gabriel Ramon en la calle San Jaime de Palma y siempre nos parábamos a contemplar los retratos expuestos en la vitrina que tenía a pie de calle. Retratos en blanco y negro, cuando lo habitual era el color, parejas con sus hijos posando con toda naturalidad, miradas y actitudes nada forzadas, transmitiendo expontaneidad; como si aquellas fotografías se hubiesen tomado un domingo por la mañana en el dormitorio de los padres, la familia recien levantada y los niños a medio vestir...
Durante años admiramos a Gabriel Ramon sin conocerle personalmente; hace unos meses, gracias a su mujer Michèle Froye, coincidimos con él y surgió la posibilidad de exponer en Can Monroig parte de la muestra que Gabriel presentó recientemente en el Centre d'études catalanes de la Université Paris-Sorbonne.
Nos sentimos verdaderamente orgullosos y felices de exponer unas fotografías que, y probablemente nos daréis la razón al verlas, parecen haber sido creadas para este espacio y la atmósfera que le envuelve.
Quienes queráis compartir con nosotros nuestro particular homenaje a Gabriel Ramon, estáis invitados a la inauguración que tendrá lugar el viernes 22 de enero a partir de las 19,30 h.
Marie-Noëlle Ginard Féron
Robert López Hinton
Inauguración viernes 22 de enero a las 19,30 horas.
Entrada libre
Desde el año 2011, el fotógrafo Gabriel Ramon realiza una serie de retratos al colodión húmedo. Inventado en 1851, el negativo al colodión consiste en una emulsión depositada en una placa de vidrio que se ha de impresionar dentro de los minutos consecutivos. Esta técnica será abandonada ya en los años 1880, hasta que en los albores del siglo XXI un reducido número de fotógrafos reanude esta práctica obsoleta. Con un tiempo de exposición de una decena de segundos, unas condiciones de preparación del soporte y de revelado que rozan la hazaña, una emulsión muy fina y frágil, sujeta a las imperfecciones de la materia, el colodión húmedo es una técnica extrema, en las antípodas de la facilidad de la imagen digital. Como un contrapunto ultra-contemporáneo de ésta, los imágenes fantasmagóricas realizadas según esta técnica nos dejan percibir, como en el azogue de un espejo, nuestra imagen post-mortem.
"El retrato es para Gabriel Ramon un espacio de libertad, es un juego: zarandea la pose; acuchilla la carne… Conoce que la imagen emerge de lo amorfo y aspira a volver a este estado. En esta fragilidad reposa la fuerza de sus retratos, porque no sería capaz de petrificar la imagen (a pesar de que el modelo mantuviera detenidamente la pose) ni de renunciar al dinamismo (¿a la vida?) que siempre supo imponer en su trabajo en estudio.
No dejar nunca de ponerse a si mismo en apremios… Convertir la toma de vista en una lucha contra el tiempo multiplicando por mil el tiempo de pose. … Arriesgarse en cada imagen a que el sujeto se pierda entre los pliegues viscosos del colodión… ¿Podría la maestría volverse, al cabo de tantos años, enemiga de la creación? Al parecer fue lo que pensó Gabriel Ramon, después de cumplir los sesenta años, cuando decidió poner en peligro, con cada placa, su práctica cotidiana del retrato.
¿Puede hablarse de cicatrices fotográficas? La palabra es ambigua, pues nos remite tanto al referente (una herida en un cuerpo que va a ser fotografiado), como al cliché mismo: en este caso la "cicatriz" está infligida metafóricamente al negativo, por cualquier ruptura en la regularidad de la capa emulsiva. ¿Defecto del cuerpo o defecto de la imagen? En ambos casos, la "cicatriz" choca contra la representación que tenemos de un cuerpo liso y perfecto, o bien de una imagen exenta de errata. Sin embargo, hoy en día nuestras cámaras digitales abominan del desenfocado, de la imagen movida, de las pupilas rojas y de los desencuadres, obstáculos todos ellos a lo que las multinacionales que las fabrican llaman una "buena" fotografía.
Así, frente a la obsesión por la belleza del imaginario popular y la búsqueda de la perfección técnica de la imagen fotográfica, estas imágenes inquietantes y cuidadosamente imperfectas que constituyen el trabajo fotográfico reciente de Gabriel Ramon se nos antojan, más allá de su manierismo provocador, un buen ejemplo de la vía extrema por la que camina la fotografía contemporánea. El excelente retratista español, quien desde treinta años nos tiene acostumbrados a unas fotografías donde siempre está buscando la parte de belleza y la parte de humanidad que cada uno lleva en sí, cualquiera sea su edad y condición, se auto-impuso, con estos retratos al colodión húmedo que comenzó a realizar al principio del año 2011, un acotamiento que hace peligrar la destreza conseguida con miles de sesiones de pose en estudio, desde que en el año 1981 se instalara en Mallorca. Con tiempos de exposición de una decena de segundos, unas condiciones de preparación del soporte y de revelado que rozan la hazaña, una emulsión muy fina y frágil, sujeta a las imperfecciones de la textura, y sobre todo una modificación del espectro que aclara los colores fríos y oscurece los rojos, el colodión húmedo es una técnica extrema, en las antípodas de la facilidad de la imagen digital. Tiende a envejecer la piel, endurecer los rostros y malherir el cuerpo con sus « cicatrices argénticas ». Al final, la imagen al colodión húmedo – cuando se busca no atenuar sus defectos, sino al contrario integrarlos en la construcción de imágenes expresionistas– lo tiene todo para inquietar a todos estos que siguen obsesionados por la belleza y fascinados por la perfección."
Jacques Terraza
universidad de La Sorbone
(En la exposición presente, el esplendido y misterioso espacio de Can Monroig impuso casi necesariamente añadir una serie nueva, también realizada con la técnica del colodión húmedo: construcciones fantasmales, una obsesión de fin de mundo)
Nota de Can Monroig:
A principios de los años noventa Robert y yo vivíamos en la calle San Felio de Palma, nos habíamos conocido en un curso de fotografía publicitaria, a menudo pasábamos por delante del estudio de Gabriel Ramon en la calle San Jaime de Palma y siempre nos parábamos a contemplar los retratos expuestos en la vitrina que tenía a pie de calle. Retratos en blanco y negro, cuando lo habitual era el color, parejas con sus hijos posando con toda naturalidad, miradas y actitudes nada forzadas, transmitiendo expontaneidad; como si aquellas fotografías se hubiesen tomado un domingo por la mañana en el dormitorio de los padres, la familia recien levantada y los niños a medio vestir...
Durante años admiramos a Gabriel Ramon sin conocerle personalmente; hace unos meses, gracias a su mujer Michèle Froye, coincidimos con él y surgió la posibilidad de exponer en Can Monroig parte de la muestra que Gabriel presentó recientemente en el Centre d'études catalanes de la Université Paris-Sorbonne.
Nos sentimos verdaderamente orgullosos y felices de exponer unas fotografías que, y probablemente nos daréis la razón al verlas, parecen haber sido creadas para este espacio y la atmósfera que le envuelve.
Quienes queráis compartir con nosotros nuestro particular homenaje a Gabriel Ramon, estáis invitados a la inauguración que tendrá lugar el viernes 22 de enero a partir de las 19,30 h.
Marie-Noëlle Ginard Féron
Robert López Hinton
Lugar:
Can Monroig
C/Can Valella nº 22, Inca
tel 649186494
Inauguración viernes 22 de enero 2016 a partir de las 19,30 h.
La exposición podrá visitarse en el siguiente horario hasta el 27 de febrero:
jueves y viernes de 17 a 20 h, sábado de 10,30 a 13,30 h
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