Pinchando la rueda del consumo

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Pinchando la rueda del consumo

Texto: alberto D. Fraile Oliver – Revista Namaste – Edicion Marzo 2011

¿Por qué las neveras ya no duran lo mismo que antes? ¿Por qué las impresoras dejan de funcionar al poco tiempo? ¿Por qué cambiamos tanto de teléfono móvil? Detrás de estas situaciones cotidianas para todos nosotros se esconde una de las trampas de nuestro sistema: la obsolescencia programada. Estas dos palabras quieren decir simple y llanamente que la estrategia de muchas empresas consiste en fabricar productos que al poco tiempo se rompen o dejan de ser útiles. Es algo que todos experimentamos cotidianamente, pero cuando queda desenmascarado nos deja con una sensación de no ser más que hámsters que giramos en la rueda del consumo sin sentido. Querámoslo o no, nos empujan a comprar y tirar de una manera programada, acelerando artificialmente y con objetivos puramente mercantiles la rueda del consumismo.

Sin duda, la obsolescencia es una estrategia económicamente muy rentable para el fabricante, pero tiene dos grandes perjudicados. El primero: el ciudadano, que es engañado y forzado a comprar y tirar sin poder hacer nada para evitarlo. Y la otra gran victima es el medioambiente, que es expoliado para obtener materias primas que mantienen el ritmo alocado del consumo forzado. Además, la naturaleza es incapaz de digerir la dramatica cantidad de residuos que este proceso inmoral y despilfarrador provoca.

La obsolescencia programada fue la idea brillante para salir de la última crisis de las dimensiones de la actual, la del 1929. La reflexión tenia su logica: “las fabricas continuarían produciendo, la gente seguiria comprando y todo el mundo tendría trabajo”.

Pero 1929, no es 2011. En este tiempo hemos descubierto algunas cosas: los recursos del planeta no son ilimitados, la obsolescencia programada no garantiza el trabajo para todos y el consumismo no nos hace más felices.

La alternativa a este fraude es la durabilidad y las reparaciones. ¿Por qué cuando un moderno dispositivo electrónico deja de funcionar no se puede reparar y tiene que ir a la basura para ser sustituido por otro que durará poco? Sobre todo, es de justicia exigir a los fabricantes que desarrollen productos creados para durar.

¿Qué hace que sea tan dificil romper este circulo vicioso? Es el resultado de sumarle a la aberración de la obsolescencia programada otros factores, como la publicidad y la creación de modas – ya tenemos la ecuación perfecta para que este sistema cobre coherencia y sea dificil de cuestionar. Sin embargo, en este momento hay un factor que permite poner en duda este tipo de prácticas: la crisis sistematica que padecemos. De repente, prácticas tan interiorizadas por nuestra civilización como ésta chirrían, y, efectivamente, han quedado obsoletas… Una vez más nos damos de bruces con el reto de nuestro tiempo: la ética.


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